…………Es difícil imaginar un tormento más sangrante para una psique azotada que la creencia en la reversibilidad de la muerte. Que esta no sea efectiva. Sin posibilidad entonces para la huida, el plástico romo es imposible de agarrar con las manos mojadas. Es el gato que no quiere ser capturado. El miedo sin la recompensa del descanso.