La mayoría de los estadounidenses, al enterarse de que Jack Ruby era un mafioso, deben haber pensado que era italiano, como los gángsters de Hollywood. No se les dijo que su verdadero nombre era Jacob Leon Rubenstein, que era hijo de inmigrantes judíos polacos, que fue a la sinagoga justo antes de dispararle a Oswald, y que más tarde confesó a su rabino que "lo hizo por los judíos".

Al público se le permite pensar lo que quiera, pero no se le permite saber la verdad. 60 años después de la muerte de JFK, es cada vez más evidente que Kennedy fue víctima de un golpe palaciego, encabezado por el vicepresidente Johnson.

Un día como hoy, 22 de noviembre de 1963, hace 60 años fue asesinado JFK. Existe suficiente evidencia para determinar que se trató de una conspiración, más allá de toda duda razonable, un GOLPE de ESTADO a secas. Kennedy fue asesinado en un complot del más alto nivel implicando agencias del estado de seguridad nacional, sin descartar la complicidad de entidades extranjeras. El crimen es un falso misterio diseñado para causar un debate interminable.

El periódico de Israel, "Haaretz" (3 mayo 2019) demostró que EEUU e Israel mantuvieron una tensa relación diplomática en el gobierno de Kennedy. Los registros oficiales anteriores a esa "amistad inamovible" casi que han desaparecido desde el asesinato de JFK en noviembre de 1963. Pero, ¿qué exactamente ha sido borrado de los archivos? La audaz decisión de Kennedy de intentar evitar que Israel obtenga armas nucleares, esto fue un gran secreto durante medio medio siglo.

El investigador francés Laurent Guyénot entrega algunas hipótesis que brindan luz y explican coherentemente por qué el establishment ha pasado las últimas seis décadas "defendiendo lo indefendible". Las investigaciones realizadas por Guyénot nos enfrenta con hechos sorprendentes, y sobre todas las cosas, consistentes, sobre los asesinatos de JFK y su hermano el senador Robert Kennedy.