Durante mucho tiempo se había rumoreado que las tribus celtas rechazaban su ropa en favor de luchar desnudas. No necesitaban la pesada ropa acolchada que usaban los romanos, solo necesitaban la ligereza de sus cuerpos y la fuerza de sus brazos para tener éxito.
Se trata de un conjunto de pueblos que ocuparon un extenso territorio de unos 45000 km2 al norte del cauce medio del Duero, y que aparecen en la historia en el año 220 a.C.