1905: aprobada en Francia la ley de separación entre las iglesias y el Estado. Fin del catolicismo como oficial

Se ponía fin a la financiación de cualquier confesión religiosa por parte del Estado, que desde 1801 había compensado económicamente a la Iglesia Católica por las confiscaciones llevadas a cabo contra ésta. Se establece que todas las propiedades de la Iglesia pasan a pertenecer al Estado, que es quien decide, por su propia voluntad, cederlas a las religiones para su uso. Y la prohibición de colocar símbolos religiosos en edificios de carácter público, con lo que se ponía énfasis en la intención de desligar Iglesia y Estado.