Avances de investigadores del Trinity College de Dublin proporcionaron un nuevo método de fabricación de fósforo negro que asegura la creación de grandes cantidades, controlando el tamaño de las capas. De esta manera se pueden formar materiales para crear sensores de gas o reforzar materiales. Este nuevo método suelta el material en un disolvente líquido, que tras esto es bombardeado con ondas acústicas que hacen vibrar el material, despegando las capas. Por este motivo el fósforo negro puede ser mejor que el grafeno en muchas aplicaciones, gracias a una mayor brecha energética del material que favorece la creación de dispositivos eléctricos.