Una nueva ley anti-discriminación ajustará las actuales a la Constitución, que prohíbe a cualquier organización discriminar personas por cualquier motivo. Los argumentos oficiales: la Iglesia Católica está diacriminando mujeres y minorías de género además de ser "un peligro para los niños". El obispo de Montevideo criticó la medida afirmando "siempre hemos tratado de actuar igual en la historia, no entiendo por qué ahora la gente quiere castigar a Dios ¡debería castigarse ella misma!". También la Asociación de Mujeres y Géneros Diversos Católicos manifestó en contra: "La Iglesia no discrimina, sino las personas. Ante Dios y la Iglesia todes (sic) somos iguales". En este sentido, el gobierno no quiso justamente enojar a los clérigos penalizandolos y decidió ir contra la institución. El Vaticano se limitó a informar que de momento se ofrecerán servicios religiosos únicamente en la embajada, ya que goza de inmunidad. Algunas religiones como la islámica aún no se han ilegalizado por temor a represalias en forma de atentados terroristas y sanciones saudíes e iraníes. La Iglesia Católica volverá a ser legal cuando "haya una mujer Pape (sic, por Papa)".