Los países asiáticos más poblados han acordado medidas para reducir el uso de agua en el hogar. La más importante es que el agua que llegue a las casas ya no será potable a partir del año 2025. Solo será posible utilizarla para lavar cosas y bañarse. Para beber y preparar alimentos habrá que comprar agua embotellada. Se debe a que se teme una gran escasez hídrica para las próximas décadas.
Estas medidas no están exentas de críticas tanto por cuestiones humanitarias como por seguridad y privacidad. Por un lado, la mafia italiana de EEUU (aunque la mayoría de sus miembros ya son mexicanos y rusos) se está preparando para traficar agua potable a Asia. Por otro, países poco amigables con los DDHH están creando una Brigada del Agua con el permiso de entrar a cualquier casa para verificar que no se esté usando dispositivos potabilizadores.
Greta Thunberg apoyó el acuerdo y pidió más: racionalizar la electricidad, hacer uso la mitad de las horas en vez de todo el día. Para ella cualquier sacrificio humano, sobretodo en comodidad, es poco para el planeta.