La fotografía electoral con inmigrantes es ya un interesante negocio que se reparten casi un centenar de empresas en España y cuya única diferencia estriba en las dos clases de modelos que prestan para su alquiler, sintéticos o reales. Los primeros, aunque resultan casi un cincuenta por ciento más caros que los immigrantes de verdad, son los que mayor demanda están teniendo, no solo por su fotogenia sino por la comodidad a la hora de posar para el fotógrafo. “Un inmigrante de látex no pone cara de asco cuando los candidatos les pasan la mano p