Durante los últimos meses se viene generando desde diversos sectores (mayoritariamente de la izquierda) un creciente ruido mediático contra el Tratado de Libre Comercio entre Estados Unidos y Europa (TTIP) que, como suele ser habitual en estos casos, está plagado de eslóganes, proclamas, lugares comunes, errores, medias verdades o, directamente, falacias. Por supuesto, los datos y la realidad campan por su ausencia en no pocos casos. Tal confusión a la hora de concitar posturas contrarias se debe, por una parte, al batiburrillo de prejuicios ideológicos, intereses particulares, afanes…