A día de hoy la industria del videojuego se basa en las gallinas de oro: superproducciones iterativas que saben que serán muy rentables y que exprimirán hasta el último céntimo de los jugadores con comportamientos adictivos. Estos juegos, algunos para mayores de 3 años, incluyen las mismas mecánicas adictivas que nos encontramos en las máquinas tragaperras. No sólo eso: hay juegos bajo suscripción, vendidos por partes, con licencias digitales que no puedes revender, sin terminar o depurar, consolas "nuevas" cada dos años... para no dormir.