Primero fue el Walkman, luego le siguió el Discman y ahora le toca al MP3 decir adiós. Este formato llegó a nuestras vidas en los años 90, en concreto, la primera patente se registró en 1987 pero hasta 1995 no se usó por primera vez la extensión .mp3 para guardar archivos de audio en el ordenador. Este formato de codificación de audio digital, cambió la manera de escuchar la música y condujo a la adopción de numerosos nuevos aparatos durante las últimas décadas.