La piel del agua

Fluía el agua ante mis ojos y gozaba yo de mi ignorancia. Insensato y descuidado permití en infausto día un galope a mi entusiasmo, levanté la piel del agua y descubrí su rostro, el mío envejeció... Desdichado, ahora en los arroyos solo el tiempo fluye y fluye ante mis ojos.