Que ‘Viridiana’ (1961) llegara a existir, de la forma en que existe, es un milagro en sí mismo, prueba suprema de que si existe Dios también permite que el Diablo obre alguna acción divertida, de cuando en cuando. Ahí están todos, reunidos para La Última Cena. Tragando como desesperados, burlándose unos de otros, retratados por la entrepierna de la indigente menos virginal que imaginar quepa.
|
etiquetas: viridiana , buñuel , cine , catolicismo