Si recordáis, en la entrada sobre los castigos a las legiones, en las notas hablábamos de una anécdota que Tácito nos cuenta, y es que en el año 14 D.C. las legiones del Rhin habían linchado a un centurión, apodado cedo alteram, literalmente “tráeme otro”. El sobrenombre se debía a su costumbre de calentar la vara en los lomos del legionario de turno mientras pedía a gritos otro “vitis” para no perder el ritmo
|
etiquetas: trágico , final , centurión