Los ríos, parte fundamental de ese medio natural, han jugado una interesante baza a la hora de proporcionar un abundante espectro de recursos arqueológicos que forman parte de nuestro patrimonio arquitectónico. Prueba de ello es la imponente fortaleza de Castros, ubicada estratégicamente al borde de los abruptos desfiladeros socavados a lo largo de los siglos por el río Tajo y por el arroyo del Pedroso en la provincia de Cáceres. En las siguientes líneas os acercamos a su historia.
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