Para salvar a la especie de ardillas del monte Graham es preciso averiguar primero algo: cómo conseguir que tengan relaciones sexuales. Y no es fácil de saber. La razón: las ardillas son animales solitarios y extremadamente territoriales. Son agresivos e incluso matan a otras ardillas y esto hace que sea imposible arrejuntarlos en cautividad (incluso tenerlos a la vista los unos de los otros). Además, son muy sensibles a la temperatura y el sonido por lo que todavía no se sabe cómo tenerlas en cautividad para protegerlas.
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