La naturaleza es el mayor camello del planeta. Sin salir de su ciudad podrá encontrar en cunetas, descampados y parques especies de plantas tóxicas o venenosas como la amapola, el estramonio y el mismísimo opio. La lista se amplía si nos fijamos en hongos y animales, y lo haría aún más si viajáramos a la Amazonia. Mientras lee este texto, fármacos que ni siquiera conocíamos han desaparecido debido a la acción de la especie humana sobre los grandes bosques. Una oportunidad perdida.
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