¿Es posible cultivar sin abonos químicos ni venenos, sin arar, sin regar, casi sin mantenimiento, y obtener frutas y verduras enormes, dulces, sabrosas y saludables? Es posible, cubriendo el suelo con trocitos de madera. Paul Gautschi, un agricultor de Washington, nos explica cómo lo descubrió, cómo funciona y cómo debemos aplicarlo en nuestro huerto o granja.
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