Cultura y divulgación
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Lo que queda de Hashima

Apuesto que, como el común de los mortales de este siglo, vive usted en el corazón de una urbe abarrotada. Seguro que le pisan en el autobús, que hace cola en el supermercado, que comparte un piso donde no cabe un alfiler. Bien. Pues le voy a proponer un viaje. Pero no un viaje físico, sino un trip mental, espiritual, astral si prefiere llamarlo así. A lo largo y ancho de los siguientes párrafos visitaremos un lugar donde la humanidad brilla por su ausencia. Le ofrezco un billete de ida y vuelta a un desolado paraíso, un recorrido virtual

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