Los artistas llevan tiempo quejándose de los míseros ingresos que les llegan de Spotify, el popular servicio de streaming, y los royalties siguen disminuyendo mientras las ganancias de la compañía suben. Cuantos más beneficios cosechan los propietarios de los medios de producción, más son explotados los trabajadores productivos. Bajo el sistema actual, los productores de música están siendo doblemente alienados de su trabajo.
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