Los plasmones en grafeno son cuasipartículas (ondas) de electrones acopladas a ondas electromagnéticas, capaces de confinar luz infrarroja en la nanoescala. Estas ondas son muy disipativas a temperatura ambiente y se propagan una distancia muy corta. Se publica en Nature un nuevo récord de distancia propagada, 10 micrómetros, o sea unas 50 veces la longitud de onda del plasmón. Para lograrlo se ha enfríado el grafeno usando nitrógeno líquido; el récord se ha logrado a 60 kelvin. Un hito en la plasmónica con grafeno que promete nuevas aplicacion
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