El poeta fue condenado a muerte en la cárcel de Alicante, conmutaron su pena y le dejaron morir lentamente en prisión. "Se pidió reiteradamente que saliera de prisión, que fuera a casa para poder curarse y ahí el régimen decidió que muriera en prisión", explica el profesor Gutmaro Gómez. Sin embargo, gracias a su amistad con el obispo Luis Almarcha, íntimo del dictador, tuvo la oportunidad de salir de la cárcel a cambio de firmar un documento arrepintiéndose de sus ideas, una condición que no quiso aceptar.
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