Al Fary, aquella mandanga le sirvió para superar su timidez en las discotecas. La Mandanga de Noemí Rebull no se fuma. Viene en forma de dilogías: «El doble sentido de las palabras. Un recurso de los chistes de antaño: “¿Qué haces delante del ordenador con los ojos cerrados? — Es que Windows me dijo que cerrara las pestañas”?».
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