Sin formación previa no es fácil entender por qué el hipotálamo y el hipocampo, ambos en el encéfalo, no tienen nada en común, por más que coincidan en su primer elemento: el hipo- del primero procede del preverbio ὑπο- (hypo-) “debajo de”, pues alude a su posición debajo del tálamo, mientras que el segundo corresponde al lexema del caballo ἵππος (hippos), ya que esta estructura alargada y curvada recibió su nombre por asemejarse en su forma al caballito de mar, también llamado hipocampo (del griego ἱππόκαμπος hippókampos “caballo curvado”).
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