Aunque el Amazonas sea el río más caudaloso del mundo, eso no significa que los barcos puedan navegar por él sin problemas. Cada año, entre los meses de julio y octubre, la cantidad de agua se reduce en el lado peruano del río, formando bancos de arena que impiden el paso de los botes. Muchas embarcaciones encallan o deben buscar rutas alternativas a través de una red de afluentes de la que se tiene poca información actualizada y donde lo más probable es que se encuentren con obstáculos similares.
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