Me fascina la capacidad de la cultura de masas consumista de fagocitarse a sí misma. El caso es que les sale bien; reciclan y vuelven a reciclar (iconos y conceptos visuales) y el respetable ni se da cuenta. O al menos, no parece dársela, porque hablamos de imágenes repetidas una y mil veces. Y hoy como ejemplo pongo La Estatua de la Libertad usada en cartelería de cine. Un icono manoseado, ultrajado y vilipendiado hasta la nausea.
|
etiquetas: nueva york , cine , carteles , estatua de la libertad