El fuego y la humedad de los amantes se abrazaban en el bosque. Alguien los observa, así que mejor apagan su luz. Y las luciérnagas que aún no han encontrado al amor de ese día continúan encendidas para hallarlo, al fin, posado en la hojarasca. Han vuelto esta temporada de lluvias y, tras de ellas, vienen cientos de turistas que quieren ser testigos de ese juego erótico y deslumbrante.
|
etiquetas: méxico , luciérnagas , apareamiento , luciferina