Investigadores de Princeton han demostrado que las corrientes oceánicas pueden transportar objetos a casi cualquier lugar en el mundo en menos de una década, más rápido de lo que se pensaba. Los investigadores "liberaron" miles de partículas representando fitoplancton y basura desde un punto de partida que se extiende de norte a sur desde Groenlandia a la Península Antártica. Con el tiempo, las partículas se mueven en espiral para alcanzar el Pacífico Norte y Sur, Europa, África y el Océano Índico. En español:
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