Probablemente ningún barco de la Segunda Guerra Mundial fue hundido de una forma tan ridícula y humillante como la que sufrió el U-1206 en la primavera de 1945. Se trataba de un submarino alemán al que detectaron y atacaron aviones de la RAF a ciento setenta y siete kilómetros de la costa este escocesa, después de que tuviera que emerger de urgencia debido a que una fuga interior del depósito de su retrete había alcanzado las baterías, empezando a general un mortífero gas de cloro que amenazaba con asfixiar a la tripulación.