El movimiento de arte de guerrilla se asocia habitualmente a la política de izquierdas. Banksy ataca al capitalismo, al consumismo y a la desigualdad. Sin embargo, en la era Trump, la derecha tiene su propio artista guerrillero: Sabo, un exmarine de EEUU que trabaja desde un apartamento-estudio de Los Ángeles bajo un cartel que reza “Que le jodan al Tíbet” y otro que señala: “Que le jodan a la paz”. “Creo que ser de izquierdas es una enfermedad mental”, sostiene este exmarine de 49 años, que sentencia: “Los republicanos son el nuevo punk”