A los políticos, a los buenos políticos, les debería estar prohibido reír o sonreír en tanto la desigualdad de toda índole sea la que es. Es mentira que con la risa o la sonrisa se conquiste el mundo. Ni el Greco, ni el Quijote, ni Goya, ni Picasso rieron o sonrieron. Solo ríen los cretinos y los insolidarios. La Justicia no ríe. Solo ríe en secreto la corrupción innata o sobrevenida. No entiendo de qué se ríen los miembros del Gobierno ni sus diputados ni los de la oposición.