Chris sufre del síndrome de Williams (SW), un raro trastorno genético que se crea por la pérdida del material genético del cromosoma 7. Con frecuencia se lo conoce como "el opuesto al autismo". Las personas con SW son empáticas, sociables, amigables y adorables, pero tienden a tener un coeficiente intelectual bajo, lo que hace que tareas como contar dinero sean algo difícil. Pueden sufrir de ansiedad extrema ante estímulos como el zumbido de una abeja o la textura de las comidas.