El progreso en nanotecnología ha permitido controlar la morfología de nanopartículas metálicas a escala nanométrica e incluso subnanométrica, lo que ha impulsado el desarrollo de diversas aplicaciones en plasmónica y nanoóptica, como la espectroscopía vibratoria mejorada, la mejora de la absorción de energía de células solares, circuitos optoelectrónicos y óptica cuántica , nanosensing de biomoléculas, o termoterapia no invasiva en medicina.