Jesús César Silva Méndez, el Padre Silva al que todos conocían como el Cura, fundó en 1957, en pleno franquismo, a las afueras de Ourense, una ciudad revolucionaria para niños y jóvenes. Benposta, la Ciudad de los Muchachos, llegó a acoger 50.000. Huérfanos, refugiados, llegados de todo el mundo. Dentro de ella, las decisiones se tomaban en un parlamento, se pregonaba el pacifismo y había un circo que viajaba por el mundo entero y que servía como método de promoción y de formación para la vida.