Fue uno de los primeros álbumes que escuchaba sin parar de niño. Me parecían una locura de canciones. Daba la vuelta al vinilo, la aguja bajaba y el «aquí y ahora» eran otros. Eran canciones, sobre todo, divertidas. Con esos estribillos contagiosos y esas letras de andar por casa; que rimaban con «niña mona», «el fin de semana me dejó fatal» ó «el clan familiar está contra ti». Todo eran ganas de libertad, de saltar y gritar con fuerza, «perdido en mi habitación, con todo al revés, se pasan las horas sin saber qué hacer»