Cultura y divulgación

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Sueños de neón: fotografías asombrosas de Matthieu Bühler  

Nos encanta el Blade Runner estético y ciertamente viene a la mente cuando se miran estas fotos atmosféricas del diseñador y fotógrafo residente en Tokio, Matthieu Bühler.
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Perspectivismo, fenomenología y arte  

A través del artista Matthieu Robert-Ortis y de su obra ahondamos en las cuestiones más importantes del perspectivismo de Ortega y Gasset y de la fenomenología de E. Husserl.
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Un nuevo Lucky Luke acechado por el tabaco y las mujeres

El francés Matthieu Bonhomme sitúa al ‘cowboy’ creado por Morris a la altura de los clásicos del wéstern a través de dos álbumes
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Empezando a Meditar

En nuestro mundo actual nos consume una actividad incesante, desde la mañana hasta la noche. No nos queda mucho tiempo ni energía para considerar las causas básicas de nuestra felicidad o sufrimiento. Si nos observamos honestamente, es fácil ver que somos una mezcla de luz y sombra, de buenas cualidades y de defectos. El objetivo de la meditación es transformar la mente. No tiene que estar asociado con ninguna religión en particular. Cada uno de nosotros tiene una mente y cada uno de nosotros puede trabajar en ella.
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Matthieu Ricard, “el hombre más feliz del mundo” y su revolución altruista

Matthieu Ricard fue bautizado como "el hombre más feliz del mundo" luego de un estudio neurocientífico sobre la meditación y la felicidad. Se le colocaron 256 sensores en su cabeza mientras Ricard meditaba, los resultados mostraron altos niveles de emoción positiva en el córtex prefontal izquierdo del cerebro, área relacionada con las emociones positivas. La literatura neurocientífica no había registrado hasta entonces los niveles que alcanzó Matthieu Ricard, por tal motivo le llamaron: el hombre más feliz del mundo.
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Los niños ya no suben a los árboles

Durante un paseo por los campos franceses, un amigo me dijo: «En otro tiempo, durante la temporada de las cerezas, todos subíamos a los árboles para disfrutarlas. Hoy en día, las cerezas se quedan en las ramas. Los niños de ahora ya no suben a los árboles. Normalmente, permanecen sentados frente al ordenador”. Los niños juegan juntos diez veces menos que hace treinta años, especialmente en los lugares públicos y sobre todo en la calle. Muy frecuentemente, el contacto con la naturaleza se limita a una imagen de fondo de pantalla de su ordenador.
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