La manera en que se desarrolla el cerebro de los mamíferos es una incógnita que mantiene entretenidos a los neurocientíficos desde hace décadas. Las especies con cerebros más grandes, como nosotros o las ballenas, tenemos una mayor cantidad de pliegues cerebrales y por tanto mayor cantidad de corteza, que es la zona donde se desarrollan las funciones superiores. Pero existen algunas contradicciones, como animales que tienen la misma superficie pero menos pliegues y variaciones del grosor a medida que aumenta la superficie expuesta y plegada.