La Comunidad Valenciana sufrió el impacto de una revolución que, junto con la guerra, alteró su estructura económica y social, así como la vida cotidiana de la población. Desde los primeros meses de la guerra, más del 50% de las empresas industriales y comerciales valencianas fueron intervenidas y controladas por obreros. A medida que avanzaba la guerra, las industrias metalúrgicas pasaron a producir material de guerra, mientras que, las textiles suministraban, principalmente, al Ejército.