Las viviendas populares por excelencia en la Roma imperial fueron las insulae (islas, en latín), bloques, generalmente en régimen de alquiler, de varios pisos, y que ocupaban las clases humildes ante la dificultad de poder acceder a las viviendas particulares o domus. El nombre de isla se debía a que estaba rodeada de calles, como nuestras manzanas. Las insulae nacieron por la fuerte presión demográfica sobre las ciudades romanas y especialmente en Roma. Comenzaron a levantarse en el siglo III a.C. pero se multiplicaron en tiempos de la crisis