Desde hace unos años campa por la red una subcultura de hombres misóginos que crecen y se alimentan de su odio a las mujeres. Están, sobre todo, en Estados Unidos y Canadá. En la prensa de esos países es fácil encontrarlos. Los periódicos intentan descifrar quiénes son y a veces, incluso, tienen que llevarlos a los titulares de las noticias como protagonistas de un atentado.