Yo quiero, como tantos otros, un Día del Orgullo Heterosexual. Quiero una marcha multitudinaria de gente gris y anodina. Quiero ver familias estándar compuestas por papá, mamá, niño y medio y perro comprado en una tienda de mascotas. Quiero ver, al frente de la marcha, un puñado de señores con sotana de los que violan niños mientras gritan contra la ideología de género, el feminismo y el matrimonio igualitario. Me muero de ganas de ver grupos de heterosexuales portando sus banderas, orgullosos y orgullosas de su sexualidad propia y correcta.