Carlos llegó a España con la intención de reinar. Sin embargo, no conocía el país, ni el idioma, ni las costumbres. "Los consejeros y mentores del nuevo soberano pronto se dieron cuenta de que el joven Fernando tenía muchos partidarios, más, quizás, a su entender, que el mismo Carlos, por lo que aconsejaron a este que lo alejara del lugar cuanto antes, para evitar, según decían, un levantamiento dinástico", narra Márquez de la Plata.