Científicos e investigadores canadienses conocieron algunos casos y por esto llevaron a cabo la investigación que finalmente se publicó en The Canadian Journal of Psychiatry. El primer caso, es el de una mujer que por depresión se le recetó el fármaco clomipramina . Tres meses después, el psiquiatra constató que había mejorado y por tanto ponía fin al tratamiento, sin embargo la paciente preguntó si podría seguir tomándolo. Finalmente, confesó que el medicamento le provocaba orgasmos al bostezar.