A muchos elementos naturales, bien sean vegetales o animales, se les han otorgado propiedades puramente humanas, como el habla o el raciocinio. Para rastrear a nuestros árboles movibles hemos acudido a las fuentes literarias y a la tradición popular, a través de las cuales intentaremos explicar algunos ejemplos en orden cronológico. Para ello hemos elegido seis ejemplos ilustrativos: el poema Câd Goddeu, los libros de viaje medievales, Macbeth, los cuentos infantiles, el mundo imaginario de J.R.R. Tolkien y el universo Marvel.