Moses Wilhelm Shapira, un comerciante de antigüedades de Jerusalén, se presentó en el Museo Británico de Londres en 1883 con un "tesoro" entre sus manos. Afirmaba que tenía en su poder el manuscrito bíblico más antiguo del mundo, un juego de pergaminos inscritos con el Libro de Deuteronomio, el quinto y final del Pentateuco, los primeros cinco libros del Antiguo Testamento, que en la tradición hebrea forman la Torá —La Ley—, núcleo de la religión judía. Shapira alegó que el manuscrito había sido descubierto por tribus beduinas nómadas.