La mayoría cree que la mente se “llena” con ideas, con conceptos, con imágenes, con pensamientos nuevos o rutinarios. Es así como cualquier actividad física o mental, relacionada con el trabajo, el estudio, las diversiones, los entretenimientos, con preocupaciones, inquietudes, expectativas o fantasías mantienen, tanto al adolescente como al adulto, “ocupados” mentalmente, sin que ello implique necesariamente desarrollar una actividad constructiva y creativa de la inteligencia.