El esmalte dental es traslúcido, de modo que los dientes adquieren el color de la dentina, sustancia dura amarillenta que se halla en su interior. Así pues, los dientes ligeramente amarillentos suelen ser más sanos que los totalmente blancos. Con todo, al igual que la piel no es totalmente monocromática, el color de los dientes depende de varios factores: primero, la herencia, y segundo, las capas del diente...