La policía holandesa se ha lanzado en la ciudad de Leiden a la persecución de unos ladrones arqueológicos que irrumpieron osadamente en una dependencia del Rijksmuseum Boerhaave. En busca de dinero en efectivo, los atracadores asaltaron la caja de caudales del museo y se hicieron con un veneno sudamericano potencialmente mortal utilizado por los cazadores tribales para convertir las puntas de sus flechas en armas letales. Un microgramo administrado a través del torrente sanguíneo en unos pocos segundos causa la muerte.