El pan que se consume en la actualidad no tiene nada que ver con el valor nutricional del que fue el símbolo del alimento por excelencia. En el proceso de refinamiento de la harina de trigo, al retirarse el germen y el salvado, el pan pierde casi todas sus proteínas, grasas, vitaminas y minerales. El pan que se ingiere en la actualidad es un engrudo de almidón que no nutre sino que nos sobrecarga de calorías vacías y conduce a la obesidad y la desminerilización.