Una noche de 1785, en una cabaña de la ciudad china de Cantón, nació una niña sin nombre. La niña creció y pronto aprendió las artes de la picaresca hasta que, a los 16 años, entro a trabajar en un burdel donde Zheng Yi, un pirata poderoso y dueño de la flota de la Bandera Roja, pidió pasar la noche con ella. Ese mismo año, Zheng Yi y la joven se casaron, después de que aceptara compartir con ella todos los tesoros y también el poder. Sanguinaria y estratega, se apoderó del Mar de la China Meridional y del territorio de la dinastía Qing.